Sin embargo, Raña confía en sus posibilidades como ciclista. "Tengo una capacidad física y una resistencia todo terreno, así que puedo convertirme en un ciclista muy completo. Debería ser un buen escalador, tipo Ezequiel Mosquera", afirmaba Raña. Veremos que tal papel desempeña y si su fichaje supone un salto de calidad para el Xacobeo en su intento de subir a Mosquera en el podio de la Vuelta a España.
Ayer, Fernando Verdasco conseguía el tercer y definitivo punto de la eliminatoria al derrotar a José Acasuso (sustituto del lesionado Del Potro) tras un maratoniano partido de cuatro horas resuelto en el quinto set (6-3, 6-7, 4-6, 6-3, 6-1). Fue un encuentro de escasa calidad, en el que ambos tenistas cometieron infinidad de errores fruto de la tensión generada por tratarse probablemente del partido más importantes de sus vidas. Especialmente errrático estuvo el madrileño, bastante por debajo de su verdadero nivel durante buena parte del encuentro. Al final, el partido cayó del lado de Verdasco, que lo tuvo amarrado tras un buen primer set, lo vio perdido después del tercero, y acabó en el suelo emocionado y abrazado por todo el equipo en esa estampa tan propia de la Davis.
Nada hacía presagiar este resultado después de que en el primer partido, el ídolo local Nalbandián cumpliera con su papel de líder y arrasara a un alicaído David Ferrer (6-3, 6-2, 6-3), en clara cuesta abajo en el final de la temporada. Sin embargo, esta fue la única alegría que se iban a llevar los argentinos durante esta final. En el segundo encuentro iba a emerger la figura de Feliciano López, el gran artífice de esta victoria. Un héroe inesperado que hasta ahora era visto como un villano en su propio país, más relacionado con el mundo rosa que con el del tenis.
Feliciano tiró del carro
El punto del doble, siempre vital de por sí, se tornaba trascendental, pues una victoria nos dejaba a tan sólo un punto de la Ensaladera, teniendo que jugar uno de los individuales del domingo o bien contra Calleri o bien contra Acasuso, dos tenistas de un nivel a priori inferior al de cualquiera de los nuestros. Mancini lo sabía y puso toda la carne en el asador metiendo a Nalbandian junto a Calleri . Y de nuevo Feliciano se erigió en el líder que tiró del carro español. Con Verdasco nervioso y perdiendo el saque en momentos clave, sostuvo al equipo en el partido con una enorme firmeza en el servicio y la volea y acabo levantando el ánimo y el juego de su pareja, que se rehizo para firmar la victoria (5-7, 7-5, 7-6, 6-3) que nos dejaba a un paso de la gloria. Verdasco se encargó de dar ese paso definitivo y España ya tiene su tercera Ensaladera.
Wimbledon, el punto de inflexión
Como todo gran campeón, el de Basilea sacó fuerzas de flaqueza para completar quince días magníficos en Nueva York y lograr su quinto US Open consecutivo, con el que se queda a sólo un Grand Slam del récord de Sampras. Sin embargo, esto sólo fue un espejismo y el final de temporada de Federer ha sido bastante gris, con molestias físicas en la espalda, sin alcanzar ninguna final y cayendo prematuramente en el Masters, donde fue vencido por Simon y por Murray.
Con estos resultados, Federer va a acabar la temporada a cerca de 1.500 puntos del número 1 y con Djokovic pisándole los talones. Es posible que muchos se estén precipitando en sus críticas (hay quien dice que el suizo está ya en su declive) y Roger tenga aún cuerda para rato, pero parece evidente que tendrá que volver a subir su nivel si quiere seguir haciendo historia en el tenis.
Lo cierto es que las perspectivas para la próxima campaña son bastante halagüenñas tras la notable mejoría que experimentó el R-28 en las últimas carreras y que llevaron a Alonso a lograr dos victorias (además de manera consecutiva) y varias buenas actuaciones, cosa que parecía imposible tras la nefasta primera mitad de temporada, en la que ni el monoplaza ni la suerte acompañaron al asturiano. Finalmente, Alonso terminó quinto en el Mundial con 61 puntos, superando en la clasificación incluso al Mclaren de Kovalainen, lo que alimenta las esperanzas para que el año que viene el asturiano esté luchando por todo, más si cabe teniendo en cuenta los revolucionarios cambios que habrá en el reglamento, fundamentalmente con la introducción del KERS y la vuelta de los neumáticos lisos.
Por otro lado, Renault anunció también la continuidad junto a Alonso de Nelsinho Piquet, algo que estaba en duda después de la mala temporada que ha completado el brasileño, en la que se ha visto ampliamente superado por el piloto español, aunque en su caso el contrato expiraría en 2009.
Tal y como sucedió el año pasado, en el mismo circuito y con todo a su favor, el niño mimado de Mclaren estaba a punto de quedar de nuevo en evidencia ante millones de espectadores. La alegría y el jolgorio se dejaron sentir incluso en España, donde aún no se perdona la actitud del inglés y de su equipo el año pasado con Alonso. Sin embargo, esta vez la fortuna se alió con Hamilton. El británico intentó a la desesperada rebasar de nuevo a Vettel, pero el Mclaren se comportaba nervioso sobre el mojado suelo brasileño y el campeonato parecía perdido. Fue entonces cuando sucedió lo inexplicable. En la última curva del tramo intermedio, prolegómeno de la subida final, Glock (Toyota), que se había arriesgado con los neumáticos de seco y hacía equilibrios con el monoplaza, era adelantado por Vettel y Hamilton, lo que convertía al inglés en el campeón más joven de la historia de la Fórmula 1.
Momentos de angustia
A partir de ahí la locura y el desconcierto se apoderaron del paddock, los tifosi de Ferrari y la torcida brasileña celebraban la victoria de Massa sin enterarse de cuál había sido el desenlace; en el box de la escuadra italiana, la familia del piloto brasileño y los mecánicos del equipo saltaban jubilosos creyéndose ganadores; y mientras, en el garage de Mclaren, la novia de Hamilton saltaba y se abrazaba a todo el mundo. Cuando finalmente se conoció el resultado final, la decepción embargó a toda una grada que se había volcado con Massa, quien agradeció el apoyo en el podio más amargo de su carrera en medio de un mar de lágrimas.
Ha sido un campeonato con innumerables incidentes. El mal arranque de mundial de Massa (dos abandonos en las dos primeras carreras), la reacción de este y su gran trayectoria hasta Silverstone, la pifia del semáforo de Hamilton en Canadá y sus posteriores victorias en las carreras europeas de mitad de temporada, la pifia de la manguera de Massa o su rotura de motor en Hungría a falta de 3 vueltas cuando lideraba la carrera, la sanción a Hamilton en Bélgica o su penosa salida en Japón. Sin embargo, después de toda esta retahíla de acontecimientos y tras más de 54.000 kilómetros recorridos, todo se decidió en la última curva de la última vuelta de la útlima carrera. Y es que como dice una de las voces de la cadena que nos ha traído este deporte a casa los últimos cinco años y que se despedía ayer, en Fórmula 1, si parpadeas te lo puedes perder.
Dos semanas después de levantar la Copa de los Mosqueteros, el manacorense osaba acabar con la hegemonía de Federer en lo que ya se conocía como "el jardín de su casa": Wimbledon. Por si fuera poco, Nadal culminaba un verano de ensueño colgándose la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín, lo que le coronaba por fin, tras tres años y medio de persecución, como número 1 del mundo. A todo esto se pueden añadir todavía unos hipotéticos triunfos en el Masters Series de París y en la Copa Masters de Shangai, y sobre todo, la Copa Davis, cuya final deberá disputar junto con el resto del combinado nacional en Mar del Plata frente a la Argentina de Nalbandián y Del Potro.
El pasado viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo, Rafa Nadal volvía a recoger un nuevo título, aunque esta vez se trataba de uno muy distinto a los que suele recibir: el Premio Príncipe de Asturias. Un premio que en palabras del propio Nadal es el mejor que puede obtener fuera de las pistas de tenis, y que le reconoce el valor que tiene no sólo dentro de las canchas sino también fuera de ellas. Y es que Nadal encarna en su figura valores tan importantes como la humildad, el espíritu de sacrificio o la sencillez, lo que le ha llevado a ser el ídolo y el referente de todos los niños, jóvenes y no tan jóvenes de España y buena parte del mundo. Gestos como el de alojarse en la Villa Olímpica en los Juegos junto al resto de deportistas o como el de no rechazar nunca las peticiones de los fans hacen que Nadal parezca más humano, una persona como cualquier otra que no se deja cegar por el esplendor que le rodea.
Todos estos valores no pasaron desapercibidos por supuesto para el jurado, ni tampoco para Ingrid Betancourt, que fue galardonada en la categoría de la Concordia y que fue probablemente el principal foco de atención de la entrega de premios. La colombiana pronunció un emotivo discurso sobre Nadal -de quien dijo haber escuchado las retransmisiones de sus partidos por la radio francesa mientras estaba secuestrada- que hicieron que el tenista balear tuviera que contener la emoción. Por su parte, haciendo gala de la humildad de la que hablábamos y del respeto que siente hacia su más enconado rival, el helvético Roger Federer, Nadal declaró que el suizo merece también recibir este galardón y que hubiera sido un honor compartirlo con él. Además, el balear tuvo también palabras de recuerdo para Severiano Ballesteros y su familia en estos momentos tan complicados.
Vídeo de Massa llevándose la manguera