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Pensaba que después de ver aquella final de la Champions League del 99 en Barcelona entre el Manchester y el Bayern Munich, en la que los diablos rojos remontaron un 0-1 en los últimos 90 segundos para llevarse el trofeo, ya no vería un desenlace tan dramático e inesperado en cualquier acontecimiento deportivo. Sin embargo, sólo un año más tarde, en la Eurocopa del 2000, sucedía algo similar, cuando España volteaba un 3-2 ante Yugoslavia en el tiempo descuento con dos goles que nos metían en cuartos (¿quién no recuerda el histórico gol de Alfonso en el 95´?). Pero lo que acaeció ayer en las semifinales del Mundial de Futbol Sala que se celebra en Brasil probablemente no tenga parangón. Y es que el desenlace no sólo contó con el característico ingrediente de la imprevisión, sino que además fue estrambótico, por la forma en que se produjo (con un gol en propia puerta); y polémico, al considerar el rival que el tanto llegaba fuera de tiempo. Por todo ello, los últimos segundos del España-Italia de ayer entran a formar parte ya de la historia como uno de esos momentos que agrandan la leyenda de cualquier deporte.

Españoles y transalpinos se jugaban un puesto en la gran final del Mundial, y habían llegado al final del encuentro con empate a 1 (Daniel adelantó a España pero Foglia empató después). En la prórroga, Fernandao volvió a poner en ventaja a los españoles, pero un tanto a falta de minuto y medio de Grana (que actuaba como portero-jugador) parecía abocar al partido a los penaltis. Sin embargo, aún quedaba la jugada del partido.



Con sólo 5 segundos por jugarse (o eso es lo que indicaba el marcador), España robó el balón y lanzó un contrataque que terminó de la forma más surrealista posible. Kike mandó el balón atrás y Foglia, que venía en carrera, remató hasta dos veces contra su portería hasta introducir la pelota en la red. A partir de ahí se desató la locura: los jugadores españoles corrían como locos celebrando el gol, y los italianos lo hacían indignados para protestar que el tiempo se había agotado antes de que el balón entrara. Sin embargo, lo que después se descubrió que había sucedido es que a falta de 12 segundos Italia sacó de banda, pero el árbitro detuvo el juego para que secaran la pista y mandó repetir el saque. Cuando se reanudó el partido, el crono reflejaba 9 segundos, como si contara el tiempo transcurrido en el saque de banda invalidado.

Tras 15 minutos de incertidumbre en los que se deliberó sobre lo sucedido, los árbitros validaron el gol que mete a España en la final contra Brasil y le da la posibilidad de revalidar el título mundial.

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